Se nota el cuidado en la decoración tradicional.

La experiencia no fue lo que esperaba. Aunque la casa tiene su encanto, la acústica en mi habitación era bastante problemática, haciendo difícil descansar. Además, el desayuno no se servía en la casa, lo que obligaba a desplazarse a un bar cercano, algo que no fue ideal, especialmente en las mañanas frías.

Inmejorable estancia en un entorno lleno de historia! ! Así que acogedor y limpio, tan deliciosos desayunos con productos locales.

os recomiendo este fantástico lugar for una salida de fin de semana,

Maravillosa casa, cómoda habitación, con un desayuno delicioso preparado con cuidado y atención, y un amplio espacio común donde disfrutar de café y juegos de mesa.

No pude encontrar ni un fallo.

la casona es una pasada, la historia q tiene te transporta a otro siglo. las habitaciones son super cómodas, la cama me encantó. andrea fue un amor, siempre atenta y nos preparó un desayuno delicioso en el bar. lo mejor es la atención al detalle, todo muy cuidado. la cocina y las zonas comunes son perfectas para relajarse y disfrutar con amigos.

aunque el ruido de las campanas se escucha, siempre hay tapones, y las paredes son un poco delgadas, lo que se escucha bastante.

La amabilidad de Andrea y sus sugerencias fueron clave.

La casa tiene una decoración tradicional muy cuidada y las habitaciones son cómodas. Disfrutamos de un desayuno delicioso en un bar cercano, bien merecido tras una buena noche de descanso. Sin embargo, las paredes son delgadas y se oye el ruido exterior, además de que la calefacción tardó un poco en ajustarse, lo que afectó nuestra comodidad inicial.

Una experiencia encantadora y memorable

Pasamos dos noches en una encantadora habitación con un estilo rústico. La atención fue excepcional, con detalles cuidados. Nos gustó la cercanía a la Iglesia y el uso de tapones para dormir. Recomiendo probar el desayuno local, ¡es delicioso! Ideal para una escapada romántica.

la atención de andrea fue excepcional, siempre dispuesta a ayudar. el desayuno en el bar fue realmente delicioso, ¡me encantaron los productos locales!

acústica algo mejorable. 🎶

Este lugar es perfecto para mí. Ofrece wi-fi, una cocina compartida y un área de descanso muy acogedora. Recuerdo que en mi primera visita, el personal me ayudó con un check-out tardío. ¡No duden en probar el desayuno delicioso! Volveré para una escapada romántica.

La cama era muy cómoda y la zona común con juegos de mesa fue genial. La calefacción no estaba lista al llegar.

Una experiencia única en La Casona. La decoración respeta la historia y la arquitectura de la casa del XVIII. La cama era comodísima y el baño amplio. me encantaron los detalles como los artículos de aseo. Aunque el desayuno no era en la casa, valía la pena ir al bar cercano. ¡Repetiré!

Me encantó la atención al detalle y la limpieza. la cocina compartida era perfecta para disfrutar de un café. ¡No puedo olvidar el delicioso desayuno que prepararon para nosotros!

La casa es un encanto con su decoración tradicional, muy bien cuidada y llena de historia. Disfruté de la comodidad de la habitación y la kitchenette para preparar café. Sin embargo, la acústica en las habitaciones no es la mejor, lo que dificultó un buen descanso, y el acceso al desayuno en un bar cercano no fue lo ideal, especialmente en días fríos.

La Casona es un lugar espectacular lleno de historia, donde te sientes completamente inmerso en el siglo XVIII. La restauración ha sido hecha con mucho cuidado, manteniendo los elementos originales mientras ofrece las comodidades modernas. La habitación era amplia y las camas muy cómodas. La atención fue excepcional, especialmente la amabilidad de Andrea, quien nos preparó un delicioso desayuno. La cocina compartida era un gran plus para preparar café en cualquier momento.

Aunque el desayuno no se servía en la casa.

La casa tiene una decoración tradicional muy cuidada, logrando un ambiente acogedor que respeta su historia del siglo XVIII. Las habitaciones son comodísimas con colchones de buena calidad, y el baño cuenta con artículos de aseo completos, incluyendo secador de pelo. Además, la proximidad a la iglesia suma un toque pintoresco, con tapones para facilitar el descanso si las campanas suenan.

El desayuno no se servía en la casa, lo que obligaba a desplazarse a un bar cercano, y eso puede ser incómodo, especialmente en mañanas frías. noté que las paredes son delgadas, permitiendo que el ruido del exterior se meta en las habitaciones y afecte la tranquilidad. En ocasiones, me pareció que el frío inicial en la habitación fue algo incómodo antes de que la calefacción se ajustara.